La Asociación

La Asociación vecinal Cal & Caña nace con la voluntad de contribuir proactivamente a la defensa de la vega y otros espacios naturales, paisajísticos, culturales y humanos del término municipal de Salobreña, como se merece. El motivo prioritario es frenar la especulación urbanística y el discurso interesado, convertido en creencia popular, de que la construcción y la oferta hotelera masiva son la mejor fuente de creación de empleo para este pueblo que, sin embargo, cuenta con un sin fin de recursos alternativos capaces de fomentar y mantener un desarrollo sostenible en el tiempo, cuidadoso con la singularidad del entorno, favorecedor de la calidad de vida de sus habitantes y atractivo para sus visitantes de modo que deseen volver o quedarse. Hoy sabemos, porque lo estamos viendo y viviendo, que determinados intereses políticos y económicos en connivencia, al servicio y beneficiados los unos por los otros, generaron la burbuja inmobiliaria y la fantasía del crecimiento del empleo y del consumo facilitando la concesión de créditos y las hipotecas en beneficio de grandes bancos y banqueros, y de sus socios: grandes propietarios, grandes empresarios, instituciones y políticos corruptos que mantienen o hacen grandes fortunas. Mientras, el lamento profundo de la ciudadanía que ha perdido sus puestos de trabajo y expectativas de vida, esencialmente arruinada. Creíamos que los reportajes de urbanizaciones, hoteles, aeropuertos, autopistas y grandes superficies sin gente eran imágenes con las que habíamos aprendido que el urbanismo salvaje tiene sus límites. Degradados los espacios naturales, esquilmados los recursos, el turismo “de calidad” abandona las zonas a las que acudieron buscando lo primigenio, lo original, lo auténtico. Esa imagen de deterioro es la que se impone en el litoral andaluz, levantino, etc. Fantasmales construcciones han destruido sin piedad humedales, playas de dunas, acantilados, bosques… y sobre todo la identidad de los pueblos, su modo de vida, sus costumbres, su cultura. No se trata de anclarse en el tiempo sino de defender valores y construir otra realidad para nuestro pueblo: las apuestas de desarrollo local tienen que apoyarse en la conservación, la sostenibilidad y la mejora de lo existente para que se beneficie una mayoría de ciudadanos. Somos gente de aquí: habitantes de Salobreña que amamos el mar, los espacios abiertos, el paisaje verde de cultivos en la vega y las laderas, la belleza de las casas encaladas, el sabor a pueblo. Descendientes de padres y abuelos aquí también nacidos y visitantes circunstanciales que un día encontraron este lugar del mundo y decidieron quedarse. Nativos y foráneos que deseamos buscar y encontrar opciones de empleo y progreso que nos conduzcan hacia un futuro más humanizado y habitable. No queremos para nosotros, ni para las generaciones venideras, esa perspectiva de casas vacías y espacios arrasados por el ladrillo y el cemento, abandonados por la gente que huye de esa oferta fallida. No queremos hoteles fantasma ni touroperadores ligados a multinacionales que mueven sin piedad al turismo de masas: con escasa capacidad económica, poco exigente, fácilmente complacido con ofertas baratas y degradantes. Queremos un Ayuntamiento responsable en el ejercicio de sus funciones de protección del medio ambiente y de todos los ciudadanos, que no sea electoralmente oportunista, cómplice o plegado a los intereses y exigencias de inversores que nos no conocen ni les importa la vida futura en Salobreña.